viernes, 13 de abril de 2012

MADRE SÓLO HAY UNA...




A la Madre Dios la ha dotado a mansalva de "instinto maternal" con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría es al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería tirarla a la basura. Pero gracias al "instinto materal" la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.

Ser Madre es considerar que es mucho más noble sonar las narices y lavar pañales, que destacar en una carrera, aparcándo su aspiración para más adelante o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se limpien los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, se tomen la leche...

Es preocuparse por las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios/as; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta a las narices, porque no están en nada.

Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo. Es servir de enfermera, confidente, cocinera, lavandera, policía, maestra, mecánica, relaciones públicas...sin cobrar sueldo alguno.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre. Es quedarse desvelada esperándo que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar. Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amigdalas.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan...a toda la familia, es decir "que son cosas de la poca edad" cuando la mandan al carrizo. El peor defecto que tienen las Madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho ...ya es tarde y eso se les queda en el alma como un peso enorme y lo lamentan el resto de sus días, se arrepienten de no haberles dedicado más tiempo, especialmente, cuando ellas más los necesitan: cuando están mayores y su vigor muy decadente y limitada. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano...apreciando el verdadero valor de una Madre cuando la pierde.

...Por suerte Madre sólo hay una, porque nadie aguantaría el tremendo dolor de perderla dos veces.

Autora: Isabel Allende.