miércoles, 30 de junio de 2010

" LEYES CIENTÍFICAS"





Hay muchas leyes científicas que rigen la vida cotidiana. Una de las que recuerdo es que el teléfono sólo suena cuando una está sentándose a la mesa. No ocurre lo mismo con el timbre de la puerta, que suena exclusivamente cuando acabo de enjabonarme en la ducha. Otras leyes comprobadas son que cuando más urgentemente lo necesito, la fotocopiadora no funciona ¡Jamás!


Ya es hora de recopilar las leyes más recientes de la vida urbana. He aquí algunas:




PRIMERA LEY:

Los boletines informativos de radio que más nos interesan sólo se transmiten cuando vamos en coche y estamos a punto de entrar en un túnel. la transmisión se interrumpe un segundo y medio después de entrar en él y se reanuda cuando el locutor está pronunciando la última palabra del boletín.


SEGUNDA LEY:

Los niños pequeños jamás duermen de noche, los muy canallitas, Sólo cierran los ojos para confiar a los padres, y justo cuando están a punto de conciliar el sueño...¡A berrear!


TERCERA LEY:

Los calcetines más feos tienden a durar siempre.


CUARTA LEY:

Los más encarnizados pleítos conyugales no tienen que ver con los quehaceres domésticos ni con el dinero. El motivo es quién se adueña de la mayor parte de la cama o del edredón.


QUINTA LEY:

Tratándose de alimentos de preparación instantánneas, lo último que muere es la esperanza. Lasaña congelada, pizza para microondas, pasta cuyo envase asegura: "Sólo agregue agua y tendrá unos spaguettis carbonara digno del mejor restaurante"...¡Son tantos los productos, tantas las promesas!...¡y las decepciones!

Sin embargo, pronto se nos olvida el desencanto. Cuando vuelvo al supermercado, me detengo ante el congelador, traígo el pastel de carne con verduras congelado, ¡vamos!, ¿tan malo es?, me pregunto. Dos horas más tarde lo probamos y volvemos a descubrir la respuesta: ¡sí, es realmente pésimo!


SEXTA LEY:

Los hombres, (sin generalizar), son genéticamente incapaces de leer una receta hasta el fin antes de comenzar a cocinar. De ahí que, cuando están sentados a la mesa esperando a que el señor de la casa sirva lo que ha preparado para cenar, los invitados oyen un espantoso grito de rabia en la cocina a eso de las 10 de la noche. Es cuando el anfitrión ha vuelto la página del recetario y ha leído: "Cueza a fuego lento durante cuatro horas".


SÉTIMA LEY:

Una cuchara colocada al azar en el fregadero se acomoda espontáneamente bajo el grifo. Nadie sabe cómo ocurre esto, pero cuando se abre el grifo al máximo, cualquier cuchara que hubiera en 50 metros a la redonda se abrá colocado debajo del chorro. El resultado es un amplio salto de agua que baña al infeliz que anda por allí, lo que ocurre preferentemente cuando el agua se encuentra casi a punto de ebullición.


OCTABA LEY:

Los libros de cocina siempre se quedan cortos, los muy puñeteros, en lo que tiempo de cocción se refieren. Muchas veces también juran y perjuran que una receta es para diez personas cuando en realidad apenas alcanzarían para dar de comer a dos frugales monjes. Los autores de la recetas deben ser personas delgadas cuyos hornos están defectuosos. Los fabricantes de hornos harían bien en investigar el asunto.


Como podrán comprobar los científicos, ésta es una lista parcial. la próxima vez que estés a punto de sentarte a la mesa, te llamaremos por teléfono para comunicarte las nuevas leyes. ¡ea!