lunes, 25 de mayo de 2009

POR SÓLO UNA VEZ MÁS, PORFI...


Tuve una infancia muy positiva. Fui afortunada con el buen clima familiar y granjeé buenas amistades que todavía conservo y espero que el Señor me las deje a mi lado el resto de mis días.

Una vez más, por un solo minuto, Señor, permíteme ser niña otra vez. No hace mucho conocía yo aquellos sentimientos, pero se me escaparon el día que descuidé recordarlos. Si solamente pudiera una vez más

...ir a la casa desde el colegio dando patadas a las piedrecillas, trotando y arrastrando un palo asombrada por las yemas de los árboles que anunciaban el despertar de la naturaleza tras el sueño invernal, ¡Qué gozada!

...correr tan veloz como pueda sin otra razón que la de sentir el duro suelo bajo mis pies, sonriendo por mis sensaciones

...aplastar mis narices contra el cristal bañado por la lluvia, dejando que sólo me arrastrara de allí el olor de lo que se hacía en la cocina, unnnnn!

...oír las historias del abuelo, ¡Dios, cómo lo recuerdo! Me encantaban

...compartir los juguetes con mis amigos, entre risas, travesuras y otras aventuras

...ver por un instante, desde los hombros de mi padre, cuatro


huevos  de petirrojo en el viejo álamo en que tenían un nido

...retirarme el pelo del rostro, manchadas las mejillas con las manos sucias que han constituído caminos y pueblos en macizos de flores de muchos colores

...meterme por los charcos que dejan las lluvias de primavera, empapándome los zapatos y calcetines

...hacer mis experimentos y correr delante de mi madre, después, que me perseguía con cara de pocos amigos

...ocultarme detrás de un matorral al jugar al escondite, latiéndome fuertemente el corazón y conteniendo el aliento

...ir zigzagueando por la acera en mi bicicleta nueva, mordiéndome los labios mientras monto sola por primera vez

...poner en Navidad el Nacimiento con el abuelo y mis hermanos. ¡Cuánta emoción, alegría y diversión experimentaba! Hacía casitas y animalitos, eran mis "obras"

...subirme a las rodillas de mi padre, muy melosa, oler su loción de afeitar y sincronizar mi respiración con la suya hasta quedarme dormida

...defenderme de mis travesuras diciendo a mi madre que eran "experimentos" constructivos

...aprender sus recetas riquísimas y bromear con ella en la cocina

¿Cuándo acepté la diferencia entre lo real y lo imaginario? ¿Qué día empecé a ver con la mente en vez de hacerlo con el corazón? ¿Cómo llegué a atesorar tanta y tanta lectura, aprendiendo de tantas cosas?

Jamás fue mi intención dejar escapar aquellos tiempos cuando pasé a otros. No sabía que se alejarían de mí tan rápidamente para convertirse en perfumados recuerdos entrañables de una fragancia olvidada.

Te lo ruego, Señor, déjame ser niña una vez más...



Mari Carmen Franconetti








Relato conservado entre mis libros de hace muchísimos años.